Dios mio, cuando hecho la vuelta atras, una de las cosas que mas marcaron mi infancia fue esas sesiones de fin de semana que nos pegabamos en mi casa mis hermanos y yo viendo dibujos animados y peliculas de serie B de factoria Disney alquiladas en el videoclub de debajo de mi casa.
Lo que mas me sorprendia del videoclub no era la calidad de los articulos que ofrecian, ni los precios a los que se alquilaban las peliculas, sin dos cosas mucho mas sencillas.
Lo primero, la distribucion de las estanterias. Si os acordais, lo primero que veias al entrar era una estanteria estrategicamente colocada enfrente de la puerta, con las novedades de la semana. En el videoclub de mi barrio no habia 5 o 6 peliculas para cada novedad, habia una e iba que chutaba, asi que si querias ver una peli, tenias que hablar con el dependiente para guardarte la peli en cuestion.
Despues de las novedades, encontrabas a los laterales de esa estanteria otras dos tambien estrategicamente colocadas, con las semi-novedades, a mejor precio y tampoco muy viejas, pero las mejores peliculas no estaban en ninguna de esas estanterias, sino en las estanterias mas apartadas de la tienda. Eran tres estanterias. La primera, de dibujos animados, como gozaba con esa estanteria, y puedo decir que casi todo lo que habia alli lo podia haber visto. La segunda, eran de peliculas de serie D o F xD, con monstruos de latex o ninjas voladores con cuerdas, super realistas para un niño de mi edad, y tercera, la estanteria prohibida, aquella cubierta por el biombo, aquella que no podiamos ver, y la cual pensabamos de que podian ir esas peliculas, ¿miedo, zombis?, que va, la realidad era otra, pero para mi entonces desconocida.
Lo segundo maravillo del videoclub era el propio dependiente, un hombre que con total gracia y salero te recomendaba peliculas, todas ellas buenas, e incluso si la pelicula se habia pasado de moda, te regalaba el cartel, para colgar detras de la puerta.
Eso aderezado con la maquina de hacer palomitas que habia en la puerta, y la buena fe de mi padre al llevarnos 3 o 4 veces a la semana a alquilar una peli hicieron que junto a muchas otras cosas, pasara una infancia maravillosa.
Otro dia hablare de esas cositas que nos maravillaron, porque para que negarlo, que alegria el haber nacido cuando lo hicimos...
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